sábado, 24 de julio de 2010

Himno a Belgrano

Paladín de los sacros ideales
a la patria juró siempre honrar
y en la fragua del dogma de Mayo
fue entusiasta una espada a forjar.
Al blandir ese fúlgido acero
se animó de pujanza y valor;
fue un heraldo de luz y grandeza,
grato nuncio de gloria y honor.

Llevó el credo en su espada flamígera
como un genio sublime del bien,
de la Patria creciendo sonriente
fue baluarte, columna sostén;
legendaria figura del Plata;
escudero gentil y gladiador;
caballero sin tacha y sin miedo,
un Bayardo de bélico ardor.

Ese grande y egregio patricio
fue un apóstol de la redención,
dirigiendo en honrosa cruzada
una heroica y altiva legión.
Le dio el recio Pampero su empuje;
esas rachas del Plata su voz;
las augustas matronas virtudes,
y un escudo, las aras de Dios.

Le dio el astro naciente de Mayo
con sus rayos el patrio fervor,
y los puros colores etéreos
como emblema el Supremo Hacedor;
de ese blanco y azul del Olimpo
reflejó su más bello matiz,
y creó de su mente, Belgrano,
el pendón de la Patria feliz.

En su regio corcel de batalla
ved, el prócer de brazo viril,
como ondea gallardo la enseña
con semblante animoso y febril.
¡bajo el pórtico inmenso del cielo
con sus orlas de ardiente arrebol,
no ha surgido una enseña más pura
a la eterna caricia del sol!

¿Por qué se oyen vibrar los clarines
y cual trueno retumba el cañón?
Es que juran amar los patriotas
sus colores: ¡del cielo un jirón!
ved al héroe: recorre las filas
imprimiendo la dulce emoción,
y aquel bosque luciente de aceros
se estremece por gran sensación.

Abandonan sus tristes hogares,
pues, la Patria ha lanzado un clamor,
y, a los campos de guerra con brío
marchan todos al son del tambor…
¡A los aires tremola su emblema;
ya se sienten las dianas tronar,
porque a un choque de férreos titanes
va entre polvo el realista a rodar!

Tucumán y Las Piedras y Salta
nos recuerdan el eco marcial,
con sus labios de luz a Victoria
besó ardiente la espada triunfal…
Y si allá en Vilcapugio y Ayohuma
lgún héroe lloró su revés,
fue de orgullo, por ver que Belgrano
tremolaba el pendón, sin doblez.

Sus hazañas rutilan de gloria
como el grupo de estrellas del Sud,
porque nunca tibieza o desmayo
empañó su espartana virtud
¡Gloria eterna al insigne guerrero,
que al llevar en sus armas la unión
a otros nobles estados de América,
sembró el germen de la redención!

Cual la bruma otoñal se disipa
ante el rastro de fúlgida luz,
desgarró con su estela radiante
de la Patria el sombrío rapaz.
Y el undoso y titánico Plata
remeciendo con brío el caudal,
nombra eterno al varón abnegado
con su ronco laúd de cristal.

Escudó a la Patria querida
de las zarpas de un fiero opresor.
Y su canto solemne de gloria
alza el Pueblo Argentino en su honor.
Y al rodar con sus ondas el Plata
coronado de un regio dosel,
le dará su fecunda corriente
lozanía a su verde laurel.

¡Gloria al héroe!… Su gran monumento
cual sagrario nos llene de fe,
y, a través de los siglos y siglos
se contemple triunfante de pie,
que sabremos honrando a ese genio
junto al sacro pendón nacional,
inspirados de nobles ideales
seguir siempre su estela inmortal.

Hasta edad más remota la Patria,
su feliz mausoleo verá.
y la Gloria surgiendo en su vuelo,
arrogante al Gran Pueblo dirá:
¡Allí está en su corcel de batalla
aquel prócer de brazo viril
ved, cuán bello tremola su enseña
con semblante animoso y febril.

Con marcial apostura el guerrero
radiará en su piafante corcel
a un redoble de roncos tambores,
mientras forma el empíreo un dosel…
Jubiloso este Pueblo Argentino
con la insignia que hiciera jurar,
irá siempre, los días de gloria 
en tributo de amor a loar.

Primorosas y alegres vestales
que arropadas de azul y albor,
a su pie con las manos de jaspe
deshojáis en ofrenda una flor:
¡Arrancad de las cuerdas temblosas
los arpegios por su alta virtud
que el insigne patriota ha creado
vuestra insignia de honor! ¡Gratitud!
CORO
¡Gloria eterna al patricio genial,
que a la Patria arrogante y gentil
coronó de ostentosa laurel!
¡Honre excelsa al patriarca inmortal,
que dio fama a ese pueblo viril!
¡Gloria! ¡Gloria! ¡Loor siempre a él!
Letra: Gabriel Monserrat.
Música: Enea Verardini.

jueves, 22 de julio de 2010

Canción patriótica de 1810

La América toda
se conmueve al fin
y a sus caros hijos
convoca a la lid.

A la lid tremenda
que va a destruir
a cuantos tiranos
la osan oprimir.

La patria en cadenas
no vuelva ya a gemir.
En su auxilio todos
la espada ceñid.

El padre a sus hijos
pueda ya decir:
"gozad de derechos
que yo no conocí".

La patria en cadenas
no vuelva ya a gemir.
En su auxilio todos
la espada ceñid.

Sudamericanos,
mirad ya lucir
de la dulce patria
la aurora feliz.

Hay autores que atribuyen estos versos a Esteban de Luca, pero en la edición original, en la Gazeta de Buenos Ayres, los versos estaban publicados sin hacer mención de su autor. Sólo decía "Marcha Patriótica compuesta por un ciudadano de Buenos Aires, para cantar con la música que otro ciudadano está arreglando"
El historiador José Antonio Pillado atribuye la autoría de texto y música al poeta y pianista aficionado Esteban de Luca. Sin embargo, su colega Vicente Gesualdo supone que la partitura en realidad estuvo a cargo del compositor español Blas Parera, muy amigo de la familia de Luca. En cualquier caso, la obra tuvo su debut el 24 de noviembre de 1810, en el marco del festejo por el triunfo de la batalla de Suipacha. Posteriormente pudo escuchársela repetidas veces en las reuniones de la Sociedad Patriótica, y muy pronto alcanzó un importante grado de popularidad. A diferencia del texto original, que se conserva en su totalidad, la partitura se extravió, como también pasó con nuestro Himno Nacional, y la música de la marcha sobrevive en un arreglo del compositor Josué T. Wilkes, posterior a otro similar del año 1909, de José M. Roldán.

sábado, 12 de junio de 2010

Himno a Sarmiento

Fue la lucha tu vida y tu elemento,
la fatiga, tu descanso y calma
la niñez, tu ilusión y tu contento,
la que al darle el saber le diste el alma.

Con la luz de tu ingenio iluminaste
la razon, de la noche de ignorancia.
Por ver grande a la patria tu luchaste
con la espada, con la pluma y la palabra.

Y en su pecho la niñez de amor un templo
te a levantado y en el sigues viviendo,
y al latir tu corazón va repitiendo:
¡Honor y gratud al gran Sarmiento!
¡Honor y gratitud y gratitud

¡Gloria y loor! ¡Honra sin par
para andar entre los grandes,
padre del aula Sarmiento inmortal!
¡Gloria y loor! ¡Honra sin par!
Letra Leopoldo Corretjer

domingo, 30 de mayo de 2010

Canción a la bandera. (De la ópera Aurora)

Alta en el cielo, un águila guerrera
audaz se eleva en vuelo triunfal,
azul un ala del color del cielo,
azul un ala del color del mar.

Así en la alta aurora irradial,
punta de flecha el áureo rostro imita,
y forma estela al purpurado cuello.
El ala es paño, el águila es bandera.

Es la bandera de la patria mía,

del sol nacida, que me ha dado Dios;
es la bandera de la patria mía,
del sol nacida, que me ha dado Dios;
es la bandera de la patria mía,
del sol nacida que me ha dado Dios.

Letra de H.C. Quesada y L. Illica

Música de Héctor Panizza


sábado, 29 de mayo de 2010

Saludo a la bandera

Salve, argentina bandera azul y blanca,
jirón del cielo en donde reina el sol;
tú, la más noble, la más gloriosa y santa;
el firmamento su color te dio.


Yo te saludo, bandera de mi patria,
sublime enseña de libertad y honor,
jurando amarte, como así defenderte,
mientras palpite mi fiel corazón.


Letra y música de Leopoldo Corretjer

viernes, 7 de mayo de 2010

San Lorenzo (Marcha)

Febo asoma; ya sus rayos
iluminan el histórico convento;
tras los muros, sordo ruido
oír se deja de corceles y de acero;
son las huestes que prepara
San Martín para luchar en San Lorenzo;
el clarín estridente sonó
y a la voz del gran jefe
a la carga ordenó.

Avanza el enemigo
a paso redoblado,
al viento desplegado
su rojo pabellón
al viento desplegado
su rojo pabellón.
Y nuestros granaderos,
aliados de la gloria,
inscriben en la historia
su página mejor.
Inscriben en la historia
su página mejor.

Cabral, soldado heroico,
cubriéndose de gloria,
cual precio a la victoria,
su vida rinde, haciéndose inmortal.
Y allí, salvo su arrojo,
la libertad naciente
de medio continente.
¡Honor, honor al gran Cabral!
Y allí, salvó su arrojo,
la libertad naciente
de medio continente.
¡Honor, honor al gran Cabral!

Letra: Carlos J. Benielli.
Música: Cayetano A. Silva.

Nota: En un viejo cuaderno, mi abuela, Delmira Raquel Bacigaluppi, tenía la segunda estrofa escrita de otro modo y ella, que había nacido en 1907, decía que la había aprendido así en sus años escolares. La estrofa en cuestión estaba redactada de la manera siguiente:

Avanza el enemigo
a paso redoblado,
al aire desplegado
su rojo pabellón
al aire desplegado
su rojo pabellón.
Y nuestros granaderos,
su corvo sable en mano,
atacan al Hispano
Con furia de Aquilón.
Atacan al Hispano
con furia de Aquilón.

El resto de la letra coincidía con la actual.

La Bandera (Marcha)

Gloriosa enseña de la Patria mía,
el Paraná en sus brisas te envolvió
y en su ribera tremolaste el día
en que Belgrano al mundo te mostró.

Jamás vencida, siempre como el iris,
tras las borrascas tu color surgió
y el grito heroico de la ardiente gloria
donde flameaste por doquiera vibró.

Viva eterno el nombre del héroe
que formara tu bello color.
Viva libre la enseña de Mayo,
¡Gloria! ¡Viva! su ilustre creador.

Gloriosa enseña de la Patria mía,
el Paraná en sus brisas te envolvió
y en su ribera tremolaste el día
en que Belgrano al mundo te mostró.

Jamás vencida, siempre como el iris,
tras las borrascas tu color surgió
y el grito heroico de la ardiente gloria
donde flameaste por doquiera vibró.

Sol de las batallas
en que las glorias de la Patria viera;
luz inmaculada
entre los pliegues de la azul bandera.
Nunca tus fulgores
empañe el velo de la ciega suerte
y antes que humillada
sobre tu vida ciérnase la muerte.

Letra: G.J. García
Música: Pascual Romano